TY - JOUR
T1 - Voltaire en los trÓpicos o los trÓpicos sobre voltaire
T2 - CivilizaciÓn vs. Naturaleza en historia secreta de Costaguana
AU - Freire, Raúl Rodríguez
N1 - Funding Information:
Una vez que se ha pasado, al parecer sin vuelta atrás, del “rea-lismo mágico”1 al “realismo visceral” o “sucio”, la violencia urbana (política y social, y a veces ambas indisolublemente unidas, como muestran El arma en el hombre, de Horacio Castellanos Moya o Managua Salsa City, de Franz Galich), la violencia urbana, digo, se ha transformado en la narrativa maestra casi por antonomasia de la lite-ratura “latinoamericana” del siglo XXI. Incluso algunos escritores afirman tajantemente que la nueva narrativa ha abandonado com-pletamente la selva, el monte y los volcanes, y quienes aún narran estas naturalezas no son sino unos desajustados herederos de para-digma mágicorrealista. Es más, el mismo García Márquez ha señala-do que le gustaría pasarle la antorcha a Jorge Franco, el autor de Rosario Tijeras, la novela de aquella bella, sensual y violenta sicaria que azotaba al Medellín de inicios de los 90.
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Retrocedamos un momento: ¿Qué es “un continente sin conte-nido”? La sentencia enunciada por el narrador de Vásquez contiene la comprensión precisa de la mirada occidental de Conrad, pues a pesar de su reconocida crítica del imperialismo, su obra está estruc-turada a partir de lo que Jean Franco (1976) llamó tempranamente “losímliteseda i magilnaciónible”,rqalu“eto”r eve cd sdeeocte nia l sin historia, puesto que aún predomina la indiferenciada naturaleza, que permanece vacía y silenciosa, similar a los espacios en blanco de los mapas. El contacto con la civilización permitiría “entrar a la his-toria”, así sea mediante la violencia del imperialismo y la coloniza-ción. Recordemos que Nostromo se abre con la descripción de una naturaleza exuberantemente bella, lujuriosa… nos habla del cielo, el mar y la tierra, y de las montañas que cobijan la mina de plata de los Gould, y luego, en el capítulo siguiente, nos presenta aquello que podríamos llamar las prácticas culturales que tienen lugar en Sulaco, prácticas que vendrían a intervenir esa naturaleza homogénea y táci-ta: casas comerciales navieras, cambios de gobierno y revoluciones, la explotación de una mina y las empresas del progreso se dan cita en un par de líneas como si quisieran alborotar las páginas prece-dentes. Según Paul B. Armstrong, para Conrad “las diferencias no existen en la naturaleza”, sino en la cultura, y es ésta la que le impone sus significados, la que le entrega sus nombres y la disciplina. Sin embargo, frente a tal intromisión la naturaleza no permanecerá im-pávida: el intento de civilizarla provocará la emergencia de aquello que George Simmel (1988) llamó “Las ruinas”, aquello que emerge “como la venganza de la naturaleza por la violencia que le hizo el espíritu al conformarla a su propia imagen” (117). Conrad también lo vio, pues la invasión de Kurtz fue respondida por una venganza terrible: “Me parece que [la selva] le había susurrado cosas que des-conocía acerca de él mismo, cosas que no se había planteado siquie-ra hasta que se asesoró con aquella enorme soledad, y el susurro ha-bía demostrado poseer un irresistible poder de fascinación” (El cora-zón de las tinieblas 109). Vemos que en el África del amigo Korzeniowski, la venganza ocurre de una manera muy determinada, pues se ajusta de tal mane-ra a aquello que Freud (2007) llamó “Lo ominoso”, que nos vemos tentados a decir que aquí Conrad se le adelantó al padre del psicoa-nálisis. Lo ominoso es “aquella variedad de lo terrorífico que se re-monta a lo consabido de antiguo, a lo familiar desde hace largo tiempo” (“Lo ominoso” 220), porque en su base se encuentra algo muy inquietante, angustioso debido a una sola cosa: la represión de aquello que es mejor tener oculto, nuestros deseos y pulsiones, nuestra familiar naturaleza, aquello que pensábamos que gracias a la civilización habíamos dejado atrás, en secreto, pero que cuando es-tamos en soledad con la naturaleza, ésta nos lo recuerda insistente-mente, hasta el punto de no pensar en otra cosa que en saciar aque-llo reprimido. De ahí que lo ominoso sea el vehículo de una trans-gresión, un retorno posibilitado por el encuentro con aquellos obje-tos nombrados como incorruptibles, aunque poderosamente co-rruptores, como son el marfil, en el caso de Kurtz y la plata en el de Nostromo, pues mientras al primero se le reconocía como un “un genio universal”, “un elegido”, “un emisario del progreso” a cuya formación contribuyó toda Europa (92), y, por lo mismo, fue envia-do al Congo por la Sociedad Internacional para la Supresión de las Costumbres Salvajes para que redactara un informe al respecto (cu- yo primer párrafo era, en palabras de Marlow, “ominoso”). El capataz de cargadores, por su parte, era reconocido como la persona más confiable de Costaguana, “valiente entre los valientes”, “incomparable”, “generoso”, y, también, “incorruptible”. Sin embargo, ambos cederán a sus naturalezas, ambos cederán a sus pulsiones hasta terminar en la muerte.
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© 2013 Latinoamericana Editores. All rights reserved.
PY - 2013
Y1 - 2013
N2 - In the shift from “magical realism” to the “visceral or dirty realism,” urban violence has become the main narrative-almost par excellence-of “Latin-American” literature of the 21st century. Nevertheless, there are writers who have dared to defy this trend, turning instead to rewriting an almost forbidden scene. Among them is Juan Gabriel Vásquez, whose novel Secret History of Costaguana, represents an inversion of the magical-realism paradigm, since here the foundation of cities and technological advances (the train, the interoceanic canal, etc.) built in the jungle confirm the Benjaminian judgment: “There has never been a document of culture, which is not simultaneously one of barbarism.” In Vásquez´s work, Nature acquires power as destroyer, which, unlike in the magical narrative, allows for the discovery of a foundational violence that has been covered over. In this novel, magic is replaced by revenge.
AB - In the shift from “magical realism” to the “visceral or dirty realism,” urban violence has become the main narrative-almost par excellence-of “Latin-American” literature of the 21st century. Nevertheless, there are writers who have dared to defy this trend, turning instead to rewriting an almost forbidden scene. Among them is Juan Gabriel Vásquez, whose novel Secret History of Costaguana, represents an inversion of the magical-realism paradigm, since here the foundation of cities and technological advances (the train, the interoceanic canal, etc.) built in the jungle confirm the Benjaminian judgment: “There has never been a document of culture, which is not simultaneously one of barbarism.” In Vásquez´s work, Nature acquires power as destroyer, which, unlike in the magical narrative, allows for the discovery of a foundational violence that has been covered over. In this novel, magic is replaced by revenge.
KW - Civilization
KW - Nature
KW - Return of the suppressed
KW - Revenge
UR - http://www.scopus.com/inward/record.url?scp=85067500392&partnerID=8YFLogxK
M3 - Article
AN - SCOPUS:85067500392
VL - 39
SP - 321
EP - 340
JO - Revista de Critica Literaria Latinoamericana
JF - Revista de Critica Literaria Latinoamericana
SN - 0252-8843
IS - 78
ER -